Los niños pequeños con muchas necesidades dentales son los candidatos más adecuados para la anestesia general. En lugar de volver a varias citas, el niño puede hacer todo a la vez. Esto evitará que le tengan miedo al dentista, tanto durante el tratamiento actual como en el futuro. Algunos niños mayores también tienen un miedo inexplicable al dentista. Estos niños también se beneficiarían si los hicieran dormir.

La mayor ventaja de poner a dormir a un niño mientras le realizan el trabajo dental es que no quedará traumatizado por el trabajo dental.

Algunos de los medicamentos que se utilizan en realidad ayudan al niño a olvidar todo lo sucedido durante el tratamiento. Además, una vez que el niño esté completamente dormido, todos los tratamientos, incluidas radiografías, empastes, coronas y limpiezas, se pueden realizar de una vez y de manera que no resulte traumático ni atemorizante para el niño.

Aunque los riesgos son muy bajos, particularmente porque en A+ Dental empleamos un anestesiólogo dental para supervisar el procedimiento, algunos padres no se sienten cómodos con que sus pequeños duerman por completo.

Para los pacientes de seguros privados, la mayor desventaja de la anestesia general es el coste. Muchos seguros privados no cubren el tratamiento y el anestesiólogo que visita el consultorio cobrará una cantidad fija, debido al alto costo de los medicamentos y materiales que se utilizan.

La sedación oral implica la ingestión de medicamentos ansiolíticos recetados que ponen a los niños en un estado más relajado para que estén más receptivos al procedimiento dental. El niño simplemente bebe el medicamento y después de unos 20-30 minutos empieza a sentirse mucho más tranquilo. El niño aún podrá responder a la estimulación, reconocer voces y mantener sus reflejos protectores naturales. La combinación del medicamento sedante y el gas de la risa ayuda a que el niño se relaje, lo que puede hacer que el procedimiento sea mucho más llevadero.

Los especialistas pediátricos de A+ Dental recomiendan la sedación oral para niños que tienen capacidad de cooperar pero que están un poco asustados y necesitan algo que les ayude a relajarse. La cantidad de medicamento sedante que se le administra al niño se basa en su peso para garantizar que la dosis sea segura. Además, el dentista pediátrico controla la respiración del niño durante todo el procedimiento para asegurarse de que las vías respiratorias se mantengan despejadas. Aunque el niño puede quedarse dormido después de tomar el medicamento sedante, se le puede despertar fácilmente y puede responder a órdenes. En general, se sienten más cómodos y menos ansiosos mientras reciben su tratamiento dental. La única desventaja real es que a veces, incluso después del tratamiento, los niños pueden estar somnolientos y menos alertas. Los padres deben controlar a sus hijos después del tratamiento y no permitirles participar en demasiadas actividades rigurosas, como deportes, después de haber sido sedados. También es importante asegurarse de que tengan la barbilla levantada y la cabeza no caída hacia el pecho cuando duermen para evitar el cierre de las vías respiratorias.